Escultura en madera de nogal que representa la Virgen siguiendo el prototipo bizantino de la “Theotokos” (Madre de Dios), entendida como a “Sedes Sapientiae” (Trono de Sabiduría). Esta iconografía la encontramos a partir del siglo V en el arte bizantino, donde se puede ver a Maria sentada, rígida y frontal que aparece como trono de su Hijo divino.
Es peculiar la representación sin corona, pero con un gran mantel, que la Virgen sujeta levantando el brazo derecho y que, este gesto, puede ser interpretado como de protección maternal y a la vez de acogida del Hijo y que pone esta escultura en el camino de entrada hacia el gótico.
La obra ha perdido en Niño y casi todo el estucado y policromía, menos en la parte izquierda de la cabeza y algunos rincones. Va montada sobre una base de metacrilato.