Ref. 490

ALTAR CON LA REPRESENTACION DE LOS DIOSES:
QUETZALCOATL, CHACMOOL, ATLANTEOTL Y UN CUARTO DIOS NO IDENTIFICADO, PROBABLEMENTE DIOS DEL MAIZ.
CIVILIZACION AZTECA. 1300 – 1521 d.C.

Altura: 34,5 cm
Anchura: 25 cm
Profundidad: 24 cm

Importante conjunto escultórico realizado en piedra volcánica gris. El bloque-estatua es tallado en alto relieve por las seis caras. Representa una gran figura humana arrodillada que a la vez sostiene con sus brazos a tres figuras más pequeñas.
Las tres figuras pequeñas representan dioses inferiores del panteón Azteca-Mexica: Un dios Atlanteotl sentado, con los brazos levantados sosteniendo el Universo. Un dios Chacmool estirado en el suelo, con las piernas flexionadas y el cuenco o altar de ofrendas sobre la barriga. Un tercer dios por identificar que podría muy bien ser el Dios del Maíz o una Diosa de la Fertilidad, dado que tienen las manos sobre el vientre.
La figura más grande, que ocupa prácticamente todo el bloque escultórico, representa al dios supremo Quetzalcoatl. En la parte de delante luce dos grandes collares, que probablemente, como en otras representaciones de divinidades, representen los corazones de los sacrificados. Los brazos son decorados con numerosos brazaletes y en los laterales se observa las piernas arrodilladas, típico de la estatuaria Azteca. Las piernas continúan representadas por la parte de debajo de la escultura, hasta salir por detrás, donde están también bien tallados los pies. La cara es esculpida plana en forma de altar-mesa, las orejas son bien decoradas con pendientes u orejeras y la expresión de la cara no pasa desapercibida, con una boca abierta como si gritara. Por detrás está representada una serpiente enroscada, con una gran cabeza y dientes, que lleva un collar, donde esquemáticamente está representada una pluma y que define la verdadera entidad del representado en el bloque, es decir Quetzalcoatl (“la serpiente emplumada”).
En la antigüedad, tanto la serpiente como el pájaro, han estado relacionados y han sido verdaderos símbolos de la Gran Diosa y es probable que este culto llegara al continente americano con esta misma idea en un momento lejano de la prehistoria.
La escultura es tallada, intencionadamente, de una forma bastante curiosa, de tal manera, que el conjunto escultórico pueda ser observado perfectamente desde su diagonal derecha. Este hecho hace pensar que formaba parte de un conjunto de altar mas grande, en donde esta escultura seria en un lateral.
La pieza es totalmente íntegra, sin policromía y con restos de calcificaciones y aunque haya sido limpiada, aun conserva restos vegetales y de tierra en los poros de la piedra, sobretodo en la parte inferior.

Procedencia: Colección privada del Sur – Oeste de USA. / Dada a conocer por el galerista Ron Messick en su galería de Santa Fe en el estado de Nuevo Méjico (USA).

Precio: CONSULTAR.